sábado, febrero 03, 2007

Los problemas del Doujinshi en Japón


Las recientes ventas de una parodia hecha por fans sobre el icono nipón Doraemon se han vuelto tan importantes que pueden haber creado una situación poco confortable con los propietarios de los derechos de la obra original. Los doujinshi no son algo raro en Japón, pues han gozado de una larga y saludable existencia a lo largo de los años, siempre en la frontera legal.

El doujinshi de la discordia, titulado Doraemon Final Story, se puso a la venta en el Comiket 71, a finales de 2006, al que acudieron 400 mil personas. La historia reúne elementos de un mensaje en cadena con el mismo nombre, que comenzó a finales de los 90. Las noticias de la publicación del manga no oficial se transmitieron principalmente gracias al boca a boca y a los anuncios en internet, y aparecieron a finales de 2005. Durante el 2006 el título, que aún estaba en desarrollo, alcanzó unas proporciones importantes, y a día de hoy lleva vendidas unas 15500 copias, un número más que respetable teniendo en cuenta que se trata de un doujinshi.

Sin embargo, los autores no pidieron permiso a la editorial oficial, Shogakukan, lanzando técnicamente el manga hacia un estado de apropiación ilegal. A finales de 2006, la editorial se puso en contacto con el grupo de autores para que cesase la distribución de la obra, y a día de hoy, Shogakukan declara que el proceso aún no está resuelto, pero lanzó la siguiente advertencia: “En el futuro trataremos duramente la piratería.”.

Esta es una situación interesante, pues los festivales del Comiket llevan 30 años realizándose, y están destinados a la venta de mangas producidos por fans, de los cuales muchos están basados en personajes de mangas hechos por profesionales. Lo que es más, muchos de los autores de manga que hoy son famosos comenzaron sus carreras realizando doujinshis y vendiéndolos en el Comiket. El manga esta muy relacionado con la industria de la animación japonesa, por lo que la creciente importancia de esta nación en el mundo se suele ligar a ambos aspectos, parte de su cultura pop.

Si en un futuro se llevan a cabo acciones en contra de los doujinshis, ¿Podría esto tener algún efecto en el sistema de creación que ha existido en los últimos años en Japón? Esta claro que esta situación tendrá un devenir incierto, pero algunas personas piensan que este proceder podría sentar precedentes.


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