Shojo : Un mundo por Descubrir
Si traducimos literalmente la palabra shojo no tenemos que darle muchas vueltas al tema, ya que significa nada más y nada menos, que chica o niña en nuestro idioma. Eso nos podría dar una idea equivocada sobre la temática que abarca el shojo, pero si nos dejamos llevar por esa simplificación estaríamos reduciendo un género del manga que es tan complejo y versátil como la vida misma.
No se puede negar que el manga shojo va enfocado a un público mayoritariamente femenino, y que es en él donde mayor eco recoge, pero tampoco podemos olvidar que aunque minoritario existe un grupo de lectores masculinos que disfrutan y valoran el shojo, porque como ya he dicho, es un género que trata el mundo de los sentimientos, que interesan y afectan por igual tanto a chicos como a chicas.
Otro de los falsos tópicos sobre el shojo es que mucha gente lo asocia única y exclusivamente a historias que se desarrollan en un ambiente juvenil de instituto, como por ejemplo "Marmalade Boy", pero dentro de este gran y amplio género hay espacio para historias con un tinte o una visión más adulta de la realidad, donde los personajes no van al instituto, y por tanto tienen que afrontar problemas de otra índole. Un ejemplo de este shojo más enfocado a lectores adultos pueden ser "Promesa" o la conocida "Rosa de Versalles" (Bersaiyu no Bara), este tipo de publicaciones también reciben el nombre de josei.
El shojo no es un género estanco ya que no hace exclusiones en cuanto al universo o la época en el que se desarrollan las historias, ya sea en la época actual, la medieval o un mundo fantásico que sólo existe en la mente del autor, las personas actuamos en función de los impulsos que nos dicta nuestra mente y nuestro corazón, y eso es ni mas ni menos de lo que trata el shojo, sentimientos en su estado puro. Definir el shojo como "manga para chicas" es como caer en la generalización tan equívoca de que el mundo de los sentimientos sólo incumbe o interesa a la mujer. En el fondo el shojo es un reflejo de cómo los mangakas o dibujantes de cómic que se dedican a este género ven las relaciones entre personas desde puntos de vista distintos y originales.
Historia del Shojo y sus Autores
El shojo tiene, al igual que el manga tal y como lo conocemos hoy en día, un precursor indiscutible: el gran maestro Osamu Tezuka. Este prolífico autor conocido por obras tan importantes como "AstroBoy" ("Tetsuwan Atom"), "Black Jack" o "Adolf" cuenta también en su haber con historias estilo "La Princesa Caballero" (Ribbon no Kishi) donde una simpática princesita convertida en chico y su simpático ayudante Chopy son los protagonistas, o "Marmar-Chan" que nos narra las aventuras y desventuras de la vida de una niña pequeña y un bebé. Ambas historias servirían de precedente para el inicio de un nuevo género que se denominó shojo, debido al público al que se dirigía.
En sus inicios alrededor de 1954, la mayoría de mangakas que se dedicaban a crear shojo eran hombres y la mayoría de veces éste ocupaba un puesto secundario en sus carreras como dibujantes. Al ser un tipo de manga enfocado a un público infantil, aunque femenino, la mayoría trataban temas tales como la vida familiar y la relación madre-hija, ya que el romance y sus pormenores, en aquella época no tenían cabida en las mentes infantiles.
Con el paso de los años este público creció y empezó a exigir relatos e historias más cercanas a la realidad que les rodeaba, y ante esta nueva demanda surgieron los nuevos mangakas del shojo, donde curiosamente predominaban, ya no los hombres, sino mujeres de la talla de Mizuno Hideko, Watanabe Masako o Miyako Maki. Estas autoras introdujeron cambios no sólo en el modo de enfocar el argumento y la historia, sino también en el estilo y fisionomía de los personajes, definiendo así las líneas de lo que hoy en día podemos llamar de alguna forma, la estética shojo.
Hasta ahora el único tipo de amor que se había podido apreciar en el shojo era el amor fraternal entre madre e hija, estas autoras aportaron a este género una nueva y completa visión de la vida, entrando de lleno en el mundo de las relaciones interpersonales sin detenerse a encasillarlas, sino más bien mostrándolas a medida que se desarrollaba la trama, introduciendo entonces con naturalidad los lazos que se crean a lo largo de la vida de una persona, la amistad, la vida en pareja y un largo etc.
Mizuno Hideko en su manga "Fire!" se puede definir como una revolucionaria del shojo, ya que su personaje principal es un chico, y en este manga publicado entre 1969 y 1971 aparece la primera escena sexual en un manga de este género, demostrando así la nueva apertura de los dibujantes de este estilo a la vida sin censurar, ni obviar ninguna de las situaciones que ésta provoca.
Si en la literatura encontramos una Generación del 98 o del 27, el shojo cuenta con un grupo llamado "The Magnificent Twenty Four Year Group" (Hans no nijuuyo-nen gumi) autores todos ellos nacidos en Showa 24, o en 1949 para nuestro calendario. Éste grupo compuesto por Moto Hagio, Keiko Takemiya o Ryoko Ikeda fue precursor de un cambio definitivo en el shojo, transformándolo en el género tan grandioso en el que se ha convertido. Si hasta ahora el shojo seguía argumentos o estilos más o menos homogéneos en cuanto a situaciones y ambientación, podemos decir que con estos autores vino la versatilidad, se mantenía la forma y la esencia, pero dotándola de un estilo y características propias que hacían única y personal cada obra. Introdujeron nuevos subgéneros tales como shonen-ai (boy’s love), ciencia ficción, fantasía o shojo ambientado en una época histórica. Muestras fehacientes de estos subgéneros son obras como "They were eleven" de Moto Hagio o "La Rosa de Versalles" (Bersaiyu no Bara) de Ryoko Ikeda. La obra de Moto Hagio trata con maestría las relaciones entre jóvenes que enviados a una estación espacial descubren que en vez de ser 10 las personas convocadas hay una de más, planteando así el dilema de quién de los 11 no debería estar a bordo. Por otro lado, la obra de Ryoko Ikeda se enmarca en la Revolución Francesa e intenta analizar su impacto tanto en el pueblo como en personas individuales, en esta obra la autora mezcla con precisión y sin resultar evidente, personajes reales como María Antonieta y otros ficticios como la protagonista de la historia, Óscar.
La diversidad de estas obras demostraron que no era necesario para un shojo manga estar ambientado en una época o localización concreta para pertenecer a este género. Este hecho amplió los horizontes, dando pie a los nuevos autores a dejar volar su imaginación, apareciendo así más subgéneros, como el de las magical girls literalmente traducido como chicas mágicas, cuyo claro ejemplo es "Sailormoon" ("Bishoujo Senshi Sailormoon"), o también otros mangas que giraban alrededor de la vida de una idol girl o chica ídolo como puede ser "Legendary Idol Eriko".
Todos estos cambios producidos en el shojo a lo largo de los años han hecho de él un género rico, versatil, donde no faltan autores de gran talla y calidad que ofrecen a un público no exclusivamente femenino su visión del mundo de los sentimientos y la vida. Entre los dibujantes actuales más conocidos encontramos a Wataru Yoshizumi, Clamp, Naoko Takeuchi, Mihona Fuji, y un larguísmo etecétera que augura al shojo una larga y prolífica historia y una variedad y diversidad de estilo en los temas a tratar.
Estética shojo
Cuando leas shojo olvídate de viñetas perfectamente ordenadas y rectangulares, en el shojo no hay sitio para la monotonía, al relatarse sentimientos, las viñetas no siguen un curso lineal sino que éste es variable, como lo es el humor de una persona en la vida real. Viñetas partidas, horizontales, intercaladas, todo tipo de recursos artísticos para dotar de vida la escena. Si hay un color shojo por excelencia, ese es el rosa en todas sus variantes, rosa chicle, rosa fucsia, rosa pastel, rosa melocotón y un largo etcétera. En el shojo hay predilección por los colores pastel y los colores vivos como rojos o verdes.
En cuanto a las tramas, se utilizan para hacernos entender mejor el estado de ánimo de los personajes, y creedme, realmente se consigue, hasta tal punto que basta con ojear por encima el tomo para darse cuenta de lo que está sintiendo el personaje, y por tanto como se desarrolla la historia. Los escenarios, al igual que el vestuario de los personajes son ricos en detalles, ya que esto ayuda a sentirse inmerso en la piel de las personas que pueblan la viñeta y que dan vida a la historia. Por ello se nos informa de detalles tales como su bebida favorita, sus hobbies, etc. La ropa, excepto los uniformes, es variada y siempre está a la última moda con respecto a las pasarelas mundiales.
El cuerpo de los personajes no sigue las proporciones corporales correctas desde un punto de vista anatómico, es más estilizado y los ojos son grandes y expresivos para poder transmitir mejor las emociones. El estilo gráfico que tiene el shojo es especial, basta con ojear un manga shojo independientemente del dibujante para darse cuenta de que lo que se tiene entre las manos pertenece a este género. Este sello distintivo se refleja no sólo en las técnicas utilizadas por el dibujante, sino también en los colores usados, asi como en las caras y cuerpos de los personajes.
Conclusión
El shojo es uno de los grandes géneros que podemos encontrar en el manga, no sólo por la calidad gráfica de las obras que se engloban dentro de él, sino porque permite darnos una visión más cotidiana, entrañable y cercana de la cultura japonesa, así como de la forma en que ellos ven la vida y la sienten, que al fin y al cabo no es tan distinta a la nuestra. Por ello, si no eres un aficionado al shojo te animo a que pruebes a ir a tu tienda habitual y darle una oportunidad, y si la primera obra que escoges no te gusta, no condenes al ostracismo a este género, simplemente inténtalo de nuevo y prueba suerte con otra. Y a los que ya conocéis algo de shojo deciros que estamos de enhorabuena porque la previsión de futuro se adivina larga y amplia.
domingo, enero 14, 2007
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